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Tiempos de pandemia en las montañas de Bulgaria

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Dios nos trajo a servir a la región montañosa de los Rodopes, en la provincia de Smolyan, al Sur de Bulgaria, en Noviembre de 2018. ¡Qué privilegio ser llamados por el Señor a la zona más infértil para el Evangelio dentro del territorio búlgaro! La provincia tiene 140 mil habitantes y solamente siete pequeñas iglesias.

En esta región convergen búlgaros ortodoxos, búlgaros musulmanes, turcos musulmanes y gitanos. Una pareja de valientes obreros búlgaros llegó aquí hace dos décadas, enfrentando terribles ataques espirituales contra su familia y contra su salud. Ellos fundaron dos iglesias en la provincia. La congregación de Smolyan es la segunda, la cual mantenía una asistencia de 10 a 15 personas cuando llegamos.

Somos la única familia misionera que trabaja en esta provincia, a parte de los pastores. Hay algunos hechos históricos que han dejado sus huellas en los habitantes de esta región. Las montañas de los Rodopes fueron testigos de casi cinco siglos de masacres y torturas por parte del ejército del imperio Otomano (actual Turquía), quienes forzaron a los búlgaros ortodoxos a convertirse al Islam.

Durante los últimos diez años, estas mismas montañas han sido testigos de uno de los festivales anuales más concurridos de Europa.  Este es el caso de “Prados en las Montañas” (“Meadows in the Mountains”), con presencia de jóvenes de todo el mundo “con espíritu libre, que expresan su amor, su arte y sus instintos animales” (cita de los organizadores), en una semana de orgías sexuales, drogas y música desenfrenada.

No es de extrañarse que esta haya sido por años, una región tan árida y difícil para la semilla del Evangelio.

Nuevos obstáculos, nuevas estratégias

En Marzo de este año, la prohibición de reunirnos con los niños trajo tristeza y preocupación a nuestros corazones. Quince meses de arduo trabajo en evangelismo y discipulado en una comunidad gitana donde nunca antes se había predicado el Evangelio, y que se había convertido por muchos años en un caldo de cultivo para el alcoholismo y el tabaquismo infantil, la violencia doméstica y la depravación sexual, estaban a punto de venirse abajo. ¿Cómo darle continuidad a este proyecto, si no podemos reunirnos con estos pequeños que están caminando en contra de la corriente cada día?

Los niños que tienen padres creyentes y que han asistido a la iglesia toda su vida, pueden tener el respaldo de sus familiares en este tiempo de miedo e incertidumbre. Pero la mayor parte de nuestros pequeños son los únicos creyentes en sus hogares. ¿Cómo encontrarían fortaleza en Dios y en Su Palabra, si no podemos estar con ellos dos veces a la semana como antes?

Buscamos a Dios en oración, y fue así como nació “Detsata na Tsaria”, (Hijos del Rey), un programa semanal que comenzamos a producir como familia, con la ayuda de algunos miembros del equipo del ministerio infantil.

Nunca habíamos subido videos a un canal de YouTube, nunca habíamos asumido la responsabilidad de producir programas semanales para niños, pero cuatro días después de la declaración del estado de emergencia en el país, estábamos subiendo el primer programa grabado en inglés con traducción al búlgaro. Cinco semanas más tarde, nos atrevimos a comenzar a grabar directamente en búlgaro, y no sólo tocamos a los niños de las montañas, pero también a niños y sus familias en otras partes del país.

Milagros de salvación y provisión

Antes de la pandemia, cada domingo teníamos una reunión, con unas 40 ó 50 personas de pie, sin lugar para sentarnos, en la oficina que se ha usado como iglesia. Aunque nunca se cancelaron los cultos con los adultos durante la pandemia, con las restricciones actuales, solamente 15 personas pueden estar en una reunión, separados los asientos por un metro de distancia. Se tuvieron que abrir dos reuniones más cada domingo, y tres reuniones más durante la semana. La mitad de la congregación de gitanos, vino a los pies de Cristo durante los primeros tres meses de la pandemia. Alabamos a Dios porque a pesar de la crisis financiera y las medidas que tomamos para reducir los gastos al mínimo en nuestro hogar, Dios ha provisto y multiplicado. Pero nuestro gozo mayor son los milagros de conversión, y el mover del Espíritu Santo entre los creyentes.

Jóvenes esposos y padres

Muchos de nuestros niños están entrando a la adolescencia, y dentro de la cultura gitana, ellos saben que a los 13 ó 14 podrían dejar la escuela para formar sus propios hogares y comenzar a tener hijos. Es así como lo hicieron sus padres y sus abuelos, quienes se han dedicado a talar árboles, son ayudantes de construcción o limpieza, buscan entre la basura o se dedican a la mendicidad o a la delincuencia, como otros gitanos. Tenemos un desafío muy grande como obreros, para mostrarles que al conocer a Cristo y ser transformados por la Palabra de Dios, es posible lograr sueños maravillosos que sus padres nunca experimentaron. Necesitamos seguir compartiendo con los niños y adolescentes el modelo bíblico del matrimonio, animarlos a culminar el bachillerato, y si fuera posible, la educación superior. El Evangelio es Poder de Dios para Salvación. Regenera nuestras vidas, transforma nuestra manera de pensar y por lo tanto, nuestra manera de vivir.

La segunda ola

En Septiembre inició el año escolar de manera presencial, y los contagios han aumentado. Ninguno de nuestros miembros había enfermado, hasta el mes de Octubre.  Los pastores locales, quienes son nuestros amigos y compañeros de trabajo, comenzaron a experimentar los síntomas del virus, y también nosotros. Estamos viviendo una segunda ola de contagios con más víctimas mortales cada día, y como iglesia, Dios nos desafía a ser sus representantes, en medio de una sociedad paralizada y llena de miedo.

¡Su presencia en nuestra vida!

Vivimos tiempos históricos, de principios de dolores (Mateo 24:8) y de corazones cuyo amor se enfría por causa de la maldad (Mateo 24:12) ¡Por esta razón debemos buscar la Presencia de nuestro Señor porque de esto depende nuestra vida! Cuando estamos cerca del fuego de Su Presencia, nuestros corazones arden con mayor pasión, somos llenos de su gozo inexplicable, vemos la crisis a través de Sus Ojos, estamos dispuestos a correr los riesgos necesarios, y comenzamos a vivir en lo sobrenatural en todas las áreas de nuestra vida: en nuestra intimidad personal, a nivel familiar, en nuestro ministerio, en nuestras finanzas y en nuestra salud.

Algo más sucede cuando estamos con Dios, y le buscamos en intimidad: El nos da las estrategias que debemos usar, porque El es el Dueño de la Obra. A veces creemos que las estrategias de Dios son tan profundas y tan secretas que es casi imposible saber qué es lo que mi Señor, quien me llamó al ministerio, quiere que yo haga en Su Obra. Pero el secreto más sabido, es el que menos queremos poner en práctica, y es el más poderoso, porque allí comienza todo: buscar a Dios en oración y sumergirnos en Su Palabra. Fue de esta manera que nos atrevimos a comenzar un programa en YouTube, organizar al pequeño equipo de voluntarios para interceder por un número específico de niños cada día, y comenzar las grabaciones con el equipo permanente que tuvimos durante la cuarentena: nuestra familia.

Estamos creciendo en fe y nos anima leer los testimonios de los padres, acerca de lo que el Señor está haciendo en la vida de sus hijos, a través del programa en YouTube. No conocemos personalmente a ninguna de estas personas, pero es el efecto multiplicador de un sencillo acto de obediencia.  Seguimos creciendo en fe, al ver lo que Dios está haciendo en la vida de los pocos voluntarios que interceden, porque cuando oramos por las necesidades de quienes sufren más que nosotros, aprendemos a ser más agradecidos, y vemos con los ojos de Dios, la crisis que nos rodea.

Nada de lo que está sucediendo en nuestro mundo, escapa al control del Señor. No tenemos temor del futuro. Estamos en el lugar perfecto, en el tiempo exacto de la voluntad de Dios, y es nuestro clamor ser hallados por nuestro Señor, sirviéndole con todo nuestro ser, en los campos de cosecha del mundo, cuando El levante a Su Iglesia.